"Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa". (Proverbio chino)


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lunes, 13 de octubre de 2014

Ahorrar calefacción: cinco medidas efectivas y baratas (o gratuitas)

La calefacción es la principal consumidora de energía de los hogares españoles. De hecho, un detallado estudio realizado en 600 hogares españoles concluía recientemente que la calefacción es responsable del 63% del consumo energético de los hogares… ¡más que el consumo de electrodomésticos, agua caliente, cocina e iluminación juntos! (ver entrada "cuánta energía se consume en un hogar y en qué"). A la vista del dato, si deseamos lograr ahorros significativos en nuestra factura energética, debemos ocuparnos de la calefacción de forma prioritaria.

En este escrito vamos a pasar revista a las iniciativas más efectivas y baratas para ahorrar en calefacción en el hogar. Son éstas:

1. Ajusta la temperatura en cada estancia
Potencial de ahorro: 10-20%

La cantidad de calor que necesitamos no es la misma en todas las estancias de nuestra vivienda. Por eso, lo ideal es aportar a cada espacio el calor adecuado, en vez de tener la misma temperatura en toda la casa. A modo de ejemplo, en mi casa tenemos:

  • Estancias sin calefactar, en las que no solemos permanecer mucho tiempo, como un sótano o un trastero.
  • Estancias frescas, que mantenemos habitualmente entre los 15 y 17°C, como los dormitorios o los pasillos.
  • Estancias con un nivel intermedio de calor, como la cocina, donde desarrollamos un cierto nivel de actividad física que hace que nuestras necesidades de climatización sean moderadas. Aquí nuestro nivel de confort invernal está en torno a 18 °C.
  • Estancias más calientes, que son aquellas en las que permanecemos habitualmente sentados, sin realizar ejercicio, como el salón-comedor. Cuando las utilizamos, mantenemos la temperatura entre 19 y 20°C.
Ajustando adecuadamente la temperatura de cada estancia, es posible reducir la temperatura media de nuestra vivienda entorno a 1-2°C sin pasar frío. Y cada grado menos de media la temperatura de una vivienda supone reducir en torno al 10% el consumo de energía de la calefacción. 

Más detalles en la entrada: calefacción: ¿cuánta es suficiente? 

2. Si sales de casa… apaga
Potencial de ahorro: 10-20%

Mucha gente cree que, para consumir menos, es preferible mantener una temperatura constante (o casi constante) las 24 horas del día. Quienes defienden esta idea argumentan que si la temperatura de la vivienda desciende, luego necesitaremos utilizar más energía para recuperar la temperatura de confort. Sin embargo, la opinión de los expertos es unánime: se gasta menos energía apagando la calefacción por la noche o al ausentamos de casa que manteniéndola encendida.

La razón es sencilla: mantener una temperatura dada en nuestro hogar (por ejemplo 20°C) exige un aporte continuo de energía, ya que la vivienda tiene pérdidas de calor, a través de los muros, ventanas o techos, que hay que compensar. Esta energía que nuestro sistema debe aportar para mantener una temperatura dada será mayor cuanto más frío haga en el exterior… y cuanto peor aislada esté la vivienda. Sin embargo, a medida que la casa se enfría, las pérdidas de calor se reducen, ya que la diferencia de temperatura entre interior y exterior es menor. Cuando apagamos la calefacción, el sistema deja de gastar energía para compensar las pérdidas de calor. Y la energía que dejamos de gastar es más que la que necesitaremos para recuperar la temperatura.



Más información: ¿Apagar y encender la calefacción o mantenerla a temperatura constante?

3. Evita pérdidas de calor al ventilar
Potencial de ahorro: 15-20%

Una buena ventilación de nuestra vivienda nos permite eliminar olores y renovar el aire que respiramos. Además, evita que se acumulen las emanaciones que proceden de los materiales del edificio y facilita que la humedad del aire en el interior sea la adecuada.

Ventilar siempre conlleva una cierta pérdida de calor, pero ésta puede ser muy diferente en función de la técnica que utilicemos. Una forma habitual de ventilar es hacerlo “por etapas”, abriendo las ventanas de cada habitación durante un buen rato, manteniendo la puerta cerrada para evitar los molestos portazos o el enfriamiento del resto de la casa.

Sin embargo, los expertos en ahorro energético recomiendan una técnica alternativa: abrir a la vez las ventanas de toda la casa, manteniendo abiertas las puertas que comunican las estancias. Las corrientes que se producen permiten que el aire de la vivienda se renueve por completo en unos pocos minutos. Este sistema permite reducir el tiempo de ventilación, evitando, en buena medida, que las paredes se enfríen (volver a calentarlas conlleva un consumo extra de calefacción).

En un informe encargado en 2012 por la Comisión Europea para valorar las posibilidades de reducir las emisiones cotidianas de gases de efecto invernadero mediante cambios sencillos de comportamientos, se concluyó que el cambio de la manera en que ventilamos nuestras viviendas era la medida con un mayor potencial de ahorro entre todas las analizadas

Más información: Comportamientos para frenar el cambio climático: calefacción y ventilación de viviendas

4. Purga los radiadores
Potencial de ahorro: 5%

Si tienes radiadores de agua caliente (son los más comunes en los hogares españoles) hay una tarea que deberías hacer cada año, al principio de la temporada fría: sacar el aire que se acumula en los radiadores y que impide que éstos calienten adecuadamente. Es fácil y apenas lleva unos minutos. Tienes que abrir el purgador que tiene cada radiador (ver foto). El purgador suele tener una hendidura que debemos girar utilizando una moneda o un destornillador plano. Debajo del purgador debemos colocar un vaso, u otro recipiente para evitar que se vierta el agua. La válvula debe abrirse sólo un poco, ya que, de lo contrario, podría salir el agua a chorros. Cuando veamos que deja de salir aire y sólo sale agua, es el momento de cerrar y continuar con el radiador siguiente…

Si hemos realizado nuestro purgado correctamente, comprobaremos que, tras encender la calefacción, los radiadores se calientan en toda su superficie (los radiadores que contienen aire se suelen calentar menos en su parte superior).

Más información: Purgar los radiadores  

5. Instala un buen termostato (o varios) 

Los termostatos son unos prácticos aparatos que nos facilitan la tarea de mantener nuestra vivienda a la temperatura deseada. Cuando ésta llega a los grados que hemos fijado, apagan la calefacción, encendiéndola de nuevo cuando vuelve a caer. 

Los termostatos tradicionales son baratos, pero no se pueden programar. Los más habituales son los denominados bimetálicos, que suelen llevar una ruedecita que debemos girar para indicar la temperatura que deseamos. El problema es que son poco precisos, con márgenes de error de 1 - 2°C. Además, con este tipo de aparatos es fácil dejar la calefacción encendida innecesariamente por un olvido.

Los denominados “cronotermostatos” son termostatos digitales programables. Son mucho más precisos y hacen posible que la calefacción se encienda o apague a horas concretas o que las temperaturas se mantengan en unos valores definidos en distintos intervalos horarios y días de la semana. Son bastante más caros (pueden encontrarse a partir de 60 €), pero constituyen una inversión rentable, ya que permiten ajustar mucho mejor la temperatura a nuestras necesidades.

Más información: Instalar un termostato de calefacción programable

Cabezales termostáticos en los radiadores

Los radiadores de agua llevaban tradicionalmente una “llave” o “grifo” que permitía abrir o cerrar el paso del agua caliente de forma manual. Cuando notábamos exceso de calor en una habitación, la solución era cerrar la llave total o parcialmente. Con la aparición de los cabezales termostáticos, esa apertura o cierre se automatiza para que la estancia se mantenga a la temperatura que fijemos. En definitiva, los cabezales termostáticos nos permiten regular independientemente la emisión de calor de los radiadores, manteniendo cada estancia de nuestra vivienda a la temperatura deseada.

Los cabezales termostáticos Son bastante baratos y se montan directamente sobre las válvulas del radiador (siempre que sean válvulas “termostatizables”).  En España, su instalación es obligatoria en las viviendas nuevas, pero en muchas instalaciones antiguas los radiadores carecen de este útil invento. Afortunadamente, estos artilugios no resultan caros (en torno a 20 € por unidad) y habitualmente son fáciles de instalar.

En la entrada "cabezales termostáticos"  puedes conocer más detalles sobre estos prácticos artilugios.

El conjunto de medidas que aquí te hemos presentado permiten ahorros en la calefacción que, conjuntamente, pueden llegar hasta el 40% del consumo total. Ahorro para nuestro bolsillo y cuidado de la atmósfera y el clima todo en uno: ¿Qué más se puede pedir?

4 comentarios:

  1. Medidas que vienen genial para ahorrar un poco de energía y que al final de mes notaremos sin duda alguna, poco a poco y paso a paso es como se consiguen los resultados y sin costar tanto, excelente artículo

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  2. Hola Hogares Verdes,
    Antes que nada, enhorabuena por el blog y muchas gracias por la información tan detallada que dais. Tengo una duda al respecto de la calefaccion y me gustaría saber vuestra opinión.

    Vivo en una casa unifamiliar, con muros de piedra ( en casi todo el perimetro) revestidos por cámara de aire, ventanas buenas y calefacción por suelo radiante controlada por termostato programable. Ah, y vivo cerca de la sierra de Madrid.
    Mi duda es si esperar a que haga mas frío para encender la calefacción (bueno, poner el programador como lo tengo en invierno) o hacerlo ya para aprovechar que la casa no está demasiado fría todavía.

    El termostato cuando está programado tiene una minima de 16C por la noche, a primeras horas de la mañana ( la hora de limpiar) y a primeras de la tarde. La subo a 19 C a las horas que nos levantamos, sobre la una que baja el frio de la sierra y a la hora de cenas y baños.
    Muchas gracias y perdón a todos por el rollo.

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  3. Buenos días Caridad, y perdón por el retraso en contestarte. En línea con lo comentado en la entrada, nuestra recomendación es que no enciendas la calefacción mientras no notes frío. Si tienes la vivienda bien orientada los días soleados de principios de otoño, en los que todavía el sol aporta bastante energía, te permitirán recuperar de forma natural parte del calor perdido en los periodos nocturnos y en los días nublados. Gracias por seguirnos.

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  4. Creo que hoy en día son cosas que nunca viene de más conocer ya que en invierno aquí en Asturias hace mucho frío y ahorramos algo más en verano aunque también pega bastante...

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