La Unión Europea impone con esta medida nuevos mínimos de eficiencia para estos aparatos domésticos, lo que beneficia de forma evidente a los consumidores: menos consumo (y menos contaminación) asegurando los niveles de calidad de los aparatos. Sin embargo, en algunos medios, esta iniciativa no ha sido valorada tan positivamente. Por ejemplo, el diario británico The Telegraph publicaba así la noticia el pasado 12 de septiembre:
Europa recortará la potencia de las aspiradoras para ahorrar energía
Europa recortará la potencia de las aspiradoras para ahorrar energía
La limpieza de los hogares británicos amenazada por los burócratas europeos, que quieren reducir la potencia de las aspiradoras para recortar el uso de energía
Primero fueron las tradicionales bombillas incandescentes. Luego los televisores de plasma. Ahora los burócratas europeos tienen en su punto de mira a las aspiradoras como parte de sus planes para recortar el consumo energético de los hogares. Responsables de la Comisión Europea proponen limitar la potencia de las aspiradoras de uso doméstico en una maniobra que los expertos temen podría reducir su efectividad para capturar el polvo y la suciedad.
Los fabricantes declaran que también podría reducirse la capacidad de las aspiradoras para eliminar del aire que devuelven a la atmósfera las partículas finas, lo que potencialmente podría tener indeseables efectos colaterales para quienes sufren de alergia y asma. Los expertos europeos proponen restringir la potencia de las aspiradoras a los niveles que tenían en los años sesenta.
Aunque el artículo continúa presentando opiniones de expertos, la mayoría bastante juiciosas, esta presentación -y otras del mismo tipo- han alimentado una curiosa alarma social en el Reino Unido. ¿Consecuencias? Las ventas de aspiradores “potentes” han aumentado sustancialmente. El titular del periódico The Guardian, haciéndose eco del problema, no puede ser más expresivo: Las “compras pánico” de aspiradoras potentes no son necesarias, dicen los vendedores a los compradores preocupados.
En la base de esta reacción popular hay un malentendido, muy extendido, sobre el que llamábamos la atención en una entrada publicada hace ya dos años bajo el título “¿electrodomésticos potentes?":
En ocasiones, el término “potencia” resulta equívoco: en una tienda de electrodomésticos, cuando un vendedor hace referencia a la “potencia” de este o aquel modelo de aspiradora, seguramente se referirá a su consumo instantáneo de energía eléctrica (que se mide habitualmente en Vatios). Sin embargo, cuando los consumidores pensamos en un aspirador “potente”, lo que nos interesa es su capacidad para limpiar o su “potencia” de aspirado.
Que un determinado aparato tenga más “potencia” del primer tipo supone que, para un mismo tiempo de uso, su consumo de electricidad es mayor, lo que, en principio, no parece una ventaja… Pero con frecuencia ambos significados se utilizan indistintamente, seguramente porque existe la creencia generalizada de que cuanto más potente es un aparato (consumiendo energía) más potente es también realizando la función para la que se ha diseñado (en el caso de una aspiradora, atrapando el polvo y la suciedad).
En ocasiones, el término “potencia” resulta equívoco: en una tienda de electrodomésticos, cuando un vendedor hace referencia a la “potencia” de este o aquel modelo de aspiradora, seguramente se referirá a su consumo instantáneo de energía eléctrica (que se mide habitualmente en Vatios). Sin embargo, cuando los consumidores pensamos en un aspirador “potente”, lo que nos interesa es su capacidad para limpiar o su “potencia” de aspirado.
Que un determinado aparato tenga más “potencia” del primer tipo supone que, para un mismo tiempo de uso, su consumo de electricidad es mayor, lo que, en principio, no parece una ventaja… Pero con frecuencia ambos significados se utilizan indistintamente, seguramente porque existe la creencia generalizada de que cuanto más potente es un aparato (consumiendo energía) más potente es también realizando la función para la que se ha diseñado (en el caso de una aspiradora, atrapando el polvo y la suciedad).
A lo largo del último medio siglo la potencia eléctrica de las aspiradoras ha ido aumentando progresivamente, desde los 500 vatios típicos de una aspiradora en los años 60 hasta los más de 2.500 vatios de algunos modelos actuales. (lo que supone una potencia mayor que la de 10 televisores de pantalla grande). Sin embargo, expertos en ecodiseño, como Stéphane Arditi (EEB, coolproducts campaign) y Edouard Toulouse (ECOS) consideran que existen escasas evidencias de que ese aumento de la potencia eléctrica (y por tanto del consumo energético) conlleve un aumento proporcional de la eficacia limpiadora. Estos autores explican así la dinámica creada:
Los consumidores y vendedores, atrapados por la falsa asunción de que mayor potencia supone una mejor limpieza y filtrado, a menudo consideran la potencia como el principal criterio de compra. Esto dirige la innovación hacia mayores consumos energéticos en vez de hacia una mejor limpieza y eficiencia energética como debería ocurrir.
¿Cuáles son las nuevas exigencias legales?
Llegados a este punto, merece la pena conocer cuáles son las nuevas exigencias establecidas por la Unión Europea en relación con las aspiradoras. Alex Fernández Muerza las resume en un artículo publicado en la revista Consumer:
La normativa comunitaria será cada vez más estricta. En 2017 la prohibición afectará a los aspiradores que superen los 900 W. Asimismo, la manguera deberá estar en buen uso después de 40.000 oscilaciones en tensión y la vida útil del motor deberá superar las 500 horas.
Las aspiradoras de la UE tendrán que cumplir con un nuevo conjunto de requisitos mínimos de potencia, rendimiento (capacidad para recoger polvo), eficiencia energética, re-emisión de polvo en el aire de salida (importante para las personas con asma), nivel de ruido y durabilidad. Los aspiradores deberán consumir menos de 62 kilovatios hora (kWh) al año y garantizar una recogida de polvo en alfombra mínima de 0,70 (en suelo de madera de 0,95).
La etiqueta de clasificación energética establece una horquilla de valores entre la clase A (un consumo de menos de 850 W, el más eficiente), y la clase G, la que más vatios consume. Este etiquetado lleva, además, otra información valiosa para el consumidor a la hora de decantarse por uno u otro modelo:
Las aspiradoras de la UE tendrán que cumplir con un nuevo conjunto de requisitos mínimos de potencia, rendimiento (capacidad para recoger polvo), eficiencia energética, re-emisión de polvo en el aire de salida (importante para las personas con asma), nivel de ruido y durabilidad. Los aspiradores deberán consumir menos de 62 kilovatios hora (kWh) al año y garantizar una recogida de polvo en alfombra mínima de 0,70 (en suelo de madera de 0,95).
La etiqueta de clasificación energética establece una horquilla de valores entre la clase A (un consumo de menos de 850 W, el más eficiente), y la clase G, la que más vatios consume. Este etiquetado lleva, además, otra información valiosa para el consumidor a la hora de decantarse por uno u otro modelo:
- Consumo energético anual: calculado para una vivienda de 87 metros cuadrados y un uso de 50 veces al año.
- Re-emisión de polvo: con valores de la A a la G.
- Nivel de ruido: en decibelios ponderados (dBA), un parámetro utilizado para medir el riesgo auditivo.
- Recogida de polvo en moqueta: de la A a la G.
- Recogida de polvo en suelos duros: de la A a la G.
En fin, por lo que parece, tendremos aspiradoras menos despilfarradoras y más duraderas… Lo que a casi todo el mundo debería parecerle bien. Y sin embargo este caso muestra cómo la combinación de sensacionalismo mediático, prejuicios ideológicos, intereses comerciales e ignorancia puede acabar pulverizando el sentido común.
Más información:
Las aspiradoras eficientes están perfectamente
http://www.coolproducts.es/cool-blog/65-las-aspiradoras-eficientes-estan-perfectamente
Más información:
Las aspiradoras eficientes están perfectamente
http://www.coolproducts.es/cool-blog/65-las-aspiradoras-eficientes-estan-perfectamente
Creo que la tendencia debería ir hacia allá. A la eficiencia energética y consumo acorde a no dañar el ecosistema a corto ni largo plazo.
ResponderEliminarMuy buen artículo. Saludos.
Pero vamos a ver..Es que hasta se meten en eso ..Si yo quiero comprarme una aspiradora de 2000 wats quien son ellos para prohibirmelo??Porque no prohiben el calentar sus piscinas que consumen como 100 aspiradoras nuestras?Esto es una dictadura mucho peor que las que vivimos hace muchos años.
ResponderEliminarEl fin para el que fue diseñado un aspirador es la recogida de polvo. Lógicamente si aumentas la potencia del motor del aspirador, aumentas la capacidad de succión del mismo, (tanto el caudal de aire del equipo como la presión de vacío del mismo) aunque esa capacidad de succión no aumente de forma proporcional al aumento de potencia/consumo del motor. La medida del etiquetado sería correcta si no limitara la potencia del aspirador y nos diera los valores de los parámetros además de las letras sin limitar el consumo. Está muy bien que nos indiquen el ruido, la eficiencia de recogida de polvo en alfombra y en suelo duro, (¿pero por qué no incluir el valor y por qué no permitir que esos valores sean aún mayores a costa del consumo del equipo teniendo en cuenta que apenas hay 15 € de diferencia anuales en el consumo de un electrodoméstico con calificación A y otro con calificación G?). Curiosamente esta medida no afecta ni a las aspiradoras industriales ni a las aspiradoras robot. En fin...
Eliminar