El sol y los protectores solares

El sol proporciona muchos beneficios a nuestra salud, como la activación de las defensas y la correcta absorción de la vitamina D, pero también puede provocar muchos daños en la piel. Sus radiaciones son las responsables del fotoenvejecimiento de la piel, de la aparición de las manchas, de las quemaduras solares, e incluso de lesiones bastante más graves…

Los fabricantes de cosméticos, conocedores de nuestro deseo de lucir una piel bronceada, de nuestro interés por protegernos de las quemaduras…, nos ofrecen una amplia gama de cremas bronceadoras o protectores solares.

Pero estos productos… ¿cumplen todo lo que prometen?, ¿Nos protegen de las radiaciones o hacen que, sintiéndonos protegidos, nos expongamos más horas a los rayos solares, con los peligros que eso conlleva? 

Además, nuestra piel, abrigo natural del cuerpo, el órgano más extenso que tenemos, y la barrera natural que nos protege del exterior, se ve expuesta a algunos componentes cuestionables.

¿Sabías que algunos de los compuestos de las cremas que te pones en la piel, para protegerte del sol, son perjudiciales para la salud? Tal vez hayas pensado: "Bueno, al fin y al cabo no me los voy a comer, ¿no?". Sin embargo, los productos químicos que aplicamos sobre la piel son absorbidos por esta, y pueden llegar hasta la sangre.

Centrándonos de nuevo en los protectores solares: si quiero comprarme uno, ¿qué opciones tengo en el mercado?, ¿Cuál elijo?

1. Filtros solares químicos

La mayoría de cremas solares que compramos en farmacias y supermercados contienen este tipo de filtros. Actúan absorbiendo la radiación solar y transformándola en otro tipo de energía que no resulte nociva para la piel. Pero hay que tener en cuenta que en los protectores solares con filtro químico se encuentran sustancias que pueden imitar a los estrógenos e inducir cáncer hormonodependiente y que, por tanto, conviene evitar (1). Estos compuestos se utilizan en forma de nanopartículas (2), por lo que la cantidad de químicos que penetra en la piel es importante.

El Reglamento de la Unión Europea sobre productos cosméticos incluye:

• Una relación de 1328 sustancias prohibidas en los productos cosméticos (anexo II)
• Una lista de conservantes admitidos en los productos cosméticos (anexo V)
• Una lista de filtros ultravioleta admitidos (anexo VI)

Los filtros incluidos en este último listado son legales, pero no necesariamente inocuos; no olvidemos que las leyes tardan en recoger los avances científicos en el campo de la toxicología (3). Conviene tener en cuenta que algunos de estos filtros están patentados y las marcas les ponen otros nombres. Aquí tienes un listado de los nombres de los compuestos, su INCI y el nombre bajo el que se comercializan y cada una de las casas.

2. Filtros solares físicos

También son llamadas pantallas totales. Reflejan totalmente la radiación solar impidiendo que ésta penetre en la piel y produzca enrojecimiento, quemaduras, etc. Para este fin se usa el óxido de zinc y el dióxido de titanio.

• El dióxido de titanio en forma de nanopartículas también puede ser cancerígeno.
• Lo recomendable sería un protector con óxido de zinc pero sin nanopartículas.
• La Avobenzona o Mexoryl SX también es utilizado como filtro físico y es aceptado como no tóxico.

Otros ingredientes a evitar: Parabenes, Ftalatos, fragancias artificiales, derivados del petróleo, metales pesados y nanopartículas.

¿Cuál es la opción ideal?

Considerando todo lo anterior, la mejor opción es utilizar un fotoprotector con filtros de protección solar naturales minerales y que sean orgánicos certificados, mejor en forma de loción o crema. 

Ya podemos encontrar en el mercado una amplia gama de protectores solares
sin productos químicos y sin dióxido de titanio en forma de nanopartículas. 

Y si tenemos que exponernos al sol, no deberíamos olvidar:

• Usar sombreros de ala ancha y gafas de sol.
• Para las horas de máxima insolación, usar filtros solares físicos con óxido de zinc, pero nunca con nanopartículas.
• Elegir protectores de factor solar alto (30/ 50)
• Si estás expuesto al agua, ya sea nadando, duchándote o sudando, es importante emplear un protector solar resistente al agua.
• El protector solar debe aplicarse de nuevo, como mínimo, cada 2 horas.

Lo mejor:

• Utilizar un sombrero de ala ancha y gafas de sol.
• Buscar la sombra en la medida de lo posible.
• Planear las actividades al aire libre fuera de las horas de mayor insolación (de 12 a 16h). 
• Llevar ropa que proteja del sol, de tejidos tupidos que no dejen pasar la luz. Las prendas de algodón proporcionan un factor solar de casi 15 SPF (Factor de Protección Solar).

La “Cultura del Bronceado” puede y debe modificarse. Se pueden cambiar los hábitos y costumbres respecto al sol, porque cuidar la piel es cuidar la salud. Y recuerda: si quieres evitar los filtros químicos más desaconsejables, cuando compres protectores, no olvides leer las etiquetas. 

Pilar Monterrubio 


NOTAS

(1) En este grupo se ha señalado al Methyl-benzylidene camphor (4-MBC), benzophenone-3 (Bp-3), octyl-dimethyl-PABA (OD-PABA), diethyl phthalate homosalate (HMS), octyl-methoxycinnamate (OMC).

(2) Una nanopartícula (nanopolvo, nanoracimo, o nanocristal) es una partícula microscópica con una dimensión menor que 100 nm que penetra con facilidad en nuestra piel.

(3) Listado de principales productos tóxicos en los productos de higiene personal, de acuerdo con la doctora Doris J. Rapp, alergóloga, pediatra y especialista en medicina ambiental, y antigua presidenta de la American Academy of Environmental Medicine.