En
un momento en el que los países más ricos consumen grandes cantidades de
energía y los países más pobres carecen de acceso a fuentes de energía modernas,
hasta el punto de no poderse permitir ni cocinar alimentos o calentar sus
hogares, ha tomado relevancia en los países ”desarrollados” el término "pobreza energética".
¿Cómo
es posible que en países con elevados consumos de energía, parte de sus
ciudadanos no puedan satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía
para sus necesidades básicas o mantener la vivienda en unas condiciones de
climatización adecuadas para la salud (18 a 21 ºC en invierno y 25ºC en
verano)?
Esta
paradoja es consecuencia de la combinación de tres factores: los precios de la
energía, las rentas familiares y la calidad de las viviendas. Por un lado, los
precios de la energía (suministros de luz y de gas) se han incrementado de
forma importante en los últimos años. Por otro lado, los efectos de la crisis
han provocado un descenso progresivo de los ingresos (aumento del desempleo,
congelación de salarios) y un aumento de las cargas familiares (impuestos,
tasas, tributos), con el consecuente descenso de la capacidad de consumo de
gran parte de los hogares españoles. Estos factores han tenido una incidencia
mucho mayor en los hogares españoles debido a la deficiente calidad de gran
parte del parque edificatorio español, tanto características relativas al
aislamiento de esos edificios, como las relativas a la eficiencia energética de
las instalaciones de generación de frío y calor.
Datos
obtenidos a partir de fuentes estadísticas oficiales del INE y que se pueden
consultar en profundidad en el estudio realizado por la Asociación de Ciencias
Ambientales: “POBREZA
ENERGÉTICA EN ESPAÑA. ANÁLISIS DE TENDENCIAS” proporcionan una estimación
de la magnitud del problema en España concluyendo que, en 2012, último año con
datos disponibles:
- ü 7 millones de ciudadanos tienen dificultades para pagar las facturas de energía
- ü Uno de cada tres hogares en paro sufre pobreza energética
- ü Murcia, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Castilla-La Mancha son las Comunidades Autónomas más vulnerables a la pobreza energética
- ü España es el 4º país de la UE con más hogares incapaces de mantener una temperatura adecuada en sus hogares.
- ü Todos los indicadores analizados muestran un incremento de la vulnerabilidad energética en los hogares españoles desde el inicio de la crisis.
A
esto se une que la pobreza energética tiene importantes consecuencias en el
bienestar de los hogares como pueden ser: temperaturas de la vivienda
inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad
prematura de ancianos: La pobreza energética podría estar causando más de 7.000
muertes prematuras al año), riesgo de endeudamiento y desconexión de
suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones de
gases de efecto invernadero, etc.
Para
la Asociación de Ciencias Ambientales, la solución a la pobreza energética debe
abordarse desde diferentes ámbitos, partiendo de la definición de una
estrategia estatal para prevenir y mitigar la pobreza energética que integre a
las distintas administraciones competentes de la Administración General del
Estado e introduzca orientaciones para una acción coordinada entre la
administración central, autonómica y local en materia de prevención y
mitigación de pobreza energética.
El
desarrollo de esta estrategia conlleva, entre otros, la redefinición del actual
bono social, la involucración de todos los actores implicados y la puesta en
marcha de un plan de rehabilitación energética que contemple la pobreza
energética en su diseño y focalice los esfuerzos por proporcionar mecanismos de
financiación en los hogares que se encuentran en esta situación.
Estos
caminos, necesarios para erradicar la pobreza energética a medio y largo plazo,
quedan muchas veces lejos de la ciudadanía y tienen pocos efectos prácticos
para mitigar las consecuencias de la pobreza energética en los hogares que
ahora mismo se encuentran en esta situación o que por las circunstancias
económicas pueden verse inmersos en esta desagradable situación a corto plazo,
fundamentalmente por la incapacidad de estos hogares de abordar el gran
desembolso económico que supone mejorar la eficiencia energética con medidas de
aislamiento o mediante el cambio de instalaciones con equipos más eficientes.
Iniciativas
como las impulsadas por el CENEAM como Hogares
Verdes, que promueven la mejora de la eficiencia energética y permiten
reducir los gastos destinados a suministros de un hogar con medidas sencillas y
de bajo coste económico, pueden marcar una importante diferencia en estos
hogares: por un lado, evitando que hogares más vulnerables entren en situación
de pobreza energética y, por otro, minimizando los costes de las ayudas
prestadas por, entre otros, las ONGs asistenciales, que apoyan a numerosos
hogares que no pueden pagar los recibos de diversos suministros. Potenciar este
tipo de programas, dotarles de financiación, ya sea procedente de fuentes
públicas o privadas, e incrementar su alcance en la ciudadanía, permitiría paliar
los efectos de la pobreza energética a corto plazo en un determinado sector de
la población, a la par que contribuiría a reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero, mitigando los efectos del cambio climático.
Luis Jiménez. Asociación de Ciencias Ambientales
Esperemos que con el tiempo seamos capaces de encontrar eficiencia así como llevar más energía a muchos de estos hogares que no cuentan con ella, muy bueno el post Ester
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