Recientemente publicamos una entrada sobre las ayudas (200
euros) que el gobierno, a través del Plan PIMA AIRE 2, concede para la
adquisición de bicicletas, entre otros vehículos eléctricos, y de las que
pueden beneficiarse particulares, autónomos y empresas. Un lector nos preguntó
entonces si podíamos hacer alguna recomendación a la hora de elegir bicicleta,
así que decidimos aclarar ideas sobre el tema antes de dar una contestación.
Personalmente sólo he tenido ocasión de probar dos tipos de
bici eléctrica y esto, dentro del océano de la oferta hoy existente, es muy
insuficiente. Por tanto, lo primero ha sido tratar de dar con algún informe serio
que comparase diferentes modelos y marcas. Como tal, sólo he encontrado uno,
realizado por ADAC (entidad alemana) y publicado en español por el RACC, que se centra en 10 modelos de distintas
marcas disponibles en el mercado alemán:
El informe comparativo se basa en la opinión subjetiva de
siete personas (3 mujeres y 4 hombres), que probaron y valoraron las 10
bicicletas. De hecho, en diversas páginas especializadas se insiste en que el
futuro comprador se tome la molestia de probar en persona los diversos modelos
resultantes de una primera selección “virtual”: “no existe la “mejor e-bike“,
porque los estilos de conducción y prestaciones varían de manera tan dramática
que cada cliente necesita probar varios productos para encontrar lo que mejor
se ajusta a sus necesidades”. Por tanto, lo mejor es acudir a un establecimiento
que disponga de bicicletas con diferentes características (tipos de
accionamiento de la asistencia eléctrica, posición del motor, etc.) y nos permita comprobar cuál es la que mejor se adapta a nuestras necesidades y expectativas.
Hay que señalar que la comparativa anterior se refiere al
tipo de bicicleta eléctrica conocida como pedelec, es decir aquella que cuenta
con motor eléctrico de asistencia al pedaleo, de modo que no se acciona si
el ciclista no pone también de su parte. A efectos legales, los pedelecs se
consideran como bicicletas tradicionales (no necesitan seguro ni permiso de
conducir) y deben cumplir los siguientes requisitos según normativa europea:
- El motor no debe superar los 250 W de potencia nominal.
- La velocidad máxima que pueda alcanzar no debe superar los 25 Km/h.
- El motor sólo se activa mientras se pedalea y debe pararse cuando el ciclista deje de pedalear o accione el freno. En este caso, el acelerador es legal.
- La bicicleta en su conjunto no debe pesar más de 40 Kg.
El precio: el rango de
precios de este tipo de bicis es muy amplio (desde unos 500€ hasta más de 3.500€!!)
Incluso con la ayuda del PIMA, esto puede asustar a más de uno, así que
conviene pensar en el uso real que vamos a hacer y calcular los posibles
ahorros a obtener si sustituimos con la bici ciertos desplazamientos en coche o
transporte público.
El peso: obviamente, cuanto menor sea y mejor repartido
esté (es importante equilibrar los componentes más pesados: batería y motor) mejor para la conducción . No debería superar los 29 Kg.
El uso al que se va a destinar la bicicleta: una bicicleta
tipo “mountain-bike” no es adecuada para circular por la ciudad (son menos
prácticas y los gruesos neumáticos les restan eficiencia); en el otro extremo,
las bicis plegables son útiles para cargarlas o meterlas en el coche, pero no
para hacer largos recorridos por carretera. Además, consideremos las distancias
que vamos a recorrer: no interesa una bicicleta más cara y pesada si no rodamos
más de 20 Km al día.
La batería: el “mundo batería” es enorme pero, hoy por hoy,
está centrado en el litio, que ha desplazado a otros materiales al ofrecer las
mejores prestaciones (tanto en peso como en duración y eficiencia). Aquí acaban
las generalidades y comienzan las particularidades y matices. Para quienes
deseéis explorar en profundidad, encontraréis información complementaria en este o este enlace:
En todo caso, algunas cuestiones a valorar sobre la batería,
un componente clave de la bici, son las siguientes:
- Si es o no extraíble (la mayoría lo es, lo cual supone una mayor comodidad a la hora de dejar la bici aparcada y trasladar únicamente la batería para su recarga).
- El precio, ya que las diferencias pueden ser considerables.
- El peso: suelen ser más grandes y pesadas cuanta más energía son capaces de acumular (la capacidad de las baterías, en Wh, se obtiene multiplicando el voltaje por el amperaje, por ejemplo: 36V x 10Ah = 360Wh), por lo que es otra buena razón para considerar de forma realista el uso que daremos a nuestra bici.
- La autonomía: está en relación directa con nuestro propio esfuerzo: cuanto más pedaleemos y menos trabaje la batería, más durará. Aparte de ello, la web de Tucano nos proporciona una sencilla fórmula para hacer un cálculo aproximado y realista de la autonomía mínima de una batería:
- La vida útil: las baterías sufren desgaste, por lo que su duración media –en condiciones reales- está entre 2 y 3 años, a partir de los cuales empiezan a perder capacidad de carga. El estilo de “conducción” influye en este factor, pues un uso intensivo del acelerador, sin acompañar con un pedaleo fuerte, hace sufrir la batería.
- Motor instalado en el eje pedalier: asiste desde el primer momento y además hace uso de los cambios, ya que actúa en los pedales, pero la complejidad mecánica hace difíciles y caras las reparaciones.
- Motor instalado en el buje de la rueda o tipo "hub": son los más frecuentes y pueden colocarse en la rueda delantera o trasera. Abaratan mucho el montaje, costes de fabricación y reparación.
En fin, como veis, conviene dedicarle a la tarea un poco de
tiempo y esfuerzo y, sobre todo, comprobar cómo reaccionan diferentes
bicicletas a nuestra demanda de asistencia y a nuestro pedaleo, así como qué
sensación de seguridad y confort nos producen.
Pronto llegan los Reyes... puede ser un momento interesante
para plantearse lo de pasarse al pedal eléctrico.
.. buen trabajo Maria! solo matizar lo dicho sobre las motoruedas (o motores al buje).
ResponderEliminarSin duda el Brushless es un motor práctico e interesante (los potentes motores de escobillas son inauditos en las ebicis modernas) y pueden ser de dos tipos: mecánico o magnético.
Los que son "económicos" tanto de compra como de reparación, son los de procedencia asiática ya que los buenos motores (el que lleva la Smartbike de la prestigiosa firma Mercedes Benz, sin ir más lejos) pueden ser tanto o más caros que los pédelec centrales (léase Bosch, Kalkhoff Impulse, Pannasonic..). Estas geniales "motoruedas" suelen ser de acción magnética y con ello no se percibe ruido alguno (cosa sorprendente y muy valorada por los nuevos candidatos).
Yo diferenciaría dos grandes famílias: las que montan tecnología y componentes asiáticos (la imensa mayoría persiguiendo buenas prestaciones al mejor precio) y los que apuestan por la excelencia de la ayuda "sensible".. con sensores capaces de estudiar mil veces por segundo que tipo de ayuda precisa nuestro esfuerzo.
Por lo general, desconfíen de las tres Bes.. y olviden el acelerador que suele ser fuente de agotamiento prematuro de los acumuladores que a diferencia de nosotros: NO SUFREN! se recalientan y pierden capacidad de retener la carga de su fuente de alimentación externa o cargador (pieza importantísima a la que no solemos prestar mucha atención).
Por lo demás tu estudio (de muy fácil lectura y comprensión) nos acerca a la idea de que cada persona requiere su propia solución (no existe la "mejor" para todos.. que aburrido ¿no?) y no olvidemos los pequeños eciclomotores con motores más potentes sobre la misma construcción que pronto deberán ser aceptados pot la presión que ejerce ETRA (asociación de minoristas a nivel europeo) sobre las instancias reguladoras, que hacen del pedaleo un esfuerzo absolutamente opcional.
¡Muchas gracias por tu contribución experta!
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