"Antes de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu casa". (Proverbio chino)


Hogares verdes es una iniciativa dirigida a personas preocupadas por el impacto ambiental y social de sus decisiones y hábitos cotidianos que promueve el autocontrol en el consumo doméstico de agua y energía, propone medidas y comportamientos ahorradores y fomenta una compra más ética y más ecológica



lunes, 7 de marzo de 2011

En Galicia: Red de hogares con el espíritu verde

Hace años que Marisa Paderme dejó de preocuparse por la subida del petróleo. En 2004 decidió invertir en energías renovables y cambiar su sistema de calefacción y agua caliente basado en el gasóleo por otro que utiliza la madera y la energía solar. En su casa de Santiago de Compostela instaló varios paneles térmicos y una nueva caldera de leña que le permitió conservar los radiadores que ya tenía, pese a sustituir el combustible. "Estamos ahorrando mucho", subraya Marisa, que hace dos años participó en el programa Fogares Verdes que promueve en Galicia la asociación ecologista Adega.
Desde que echó a andar en 2008 un centenar de familias gallegas se han adherido a esta experiencia piloto de ahorro y eficiencia energética. El programa comienza ahora en Ferrol donde participarán otros 30 hogares. De media los participantes consiguen un ahorro del 14,5% en el consumo del agua y una disminución del 6,4% en las emisiones de dióxido de carbono, responsables del cambio climático. "Con pequeños cambios de hábitos se consiguen importantes reducciones de energía", indica Ramsés Pérez responsable del área de educación ambiental de Adega. Asesores ambientales de la organización ecologista realizan un seguimiento mediante visitas trimestrales en las que se realiza un diagnóstico, un plan de actuación y se confirma la consecución de los objetivos previstos. "El programa intenta incidir en cambios de comportamientos que no suponen ninguna inversión, como bajar las persianas por la noche y subirlas durante el día para aprovechar el calor del sol, y también expone otras medidas que sí la necesitan como la compra de bombillas de bajo consumo o de electrodomésticos eficientes", indica Pérez.
Marisa Paderme ya había apostado por la inversión con anterioridad a la visita de Adega. "Los paneles térmicos nos costaron hace ya años unos 1.600 euros y en la caldera invertimos 3.000", asegura. Pese al desembolso realizado calcula que ya lo ha amortizado. Antes para calentar la casa y el agua para cuatro personas necesitaban un mínimo de 600 euros por invierno. En aquel momento, recuerda Marisa Paderme, pagaban el gasóleo a unos 50 céntimos, pero el precio del litro alcanzaba ayer los 97, por lo que este invierno la factura alcanzaría los 1.200 euros. La familia gasta ahora sólo en leña, eso sí tienen que cortarla ellos mismos. "Con unos trescientos euros pasamos todo el invierno", explica Marisa, quien asegura que el cambio de sistema no le ha supuesto una menor calidad de vida.
"Creo que cada vez hay más gente preocupada por los problemas medioambientales derivados de la energía que empieza a instalar renovables, pero sobre todo se deciden cuando haces cuentas, a la gente el bolsillo le interesa mucho", afirma Paderme. El coordinador de educación ambiental de Adega coincide. Ramsés Pérez explica que la red de hogares verdes funciona en distintos puntos de España y recuerda el lema elegido en Zaragoza: Si no lo haces por el medio ambiente, hazlo por la pasta.

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