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lunes, 22 de noviembre de 2010

Volare...

Los aviones tienen unos elevados consumos de combustible y unas elevadas emisiones de gases de efecto invernadero por pasajero y kilómetro recorrido. Pero además, permiten recorrer grandes distancias en poco tiempo. En consecuencia, hacer un viaje en avión es una de las actividades con mayor impacto que podemos realizar. Por ello, son cada vez más los expertos que recomiendan renunciar a volar o, por lo menos, empezar por reducir el número de vuelos y elegir destinos más próximos.

¿Una escapadita a Nueva York?

Pongamos un ejemplo para valorar mejor la cuestión: la distancia entre Madrid y Nueva York es de 5.779 kilómetros. El viaje de una pareja para hacer turismo en la mítica ciudad de los rascacielos (suponiendo que los aviones hicieran el recorrido en línea recta) conllevaría recorrer 5.779 x 4 = 23.113 kilómetros. Esta cifra es equivalente a la que recorre un coche familiar durante un año completo de uso. Y las emisiones por kilómetro son, en ambos casos, equivalentes.

Si consideramos los vuelos cortos, la cuestión sigue siendo problemática, ya que las emisiones de un viaje en avión, por pasajero y kilómetro recorrido, son mayores en este tipo de vuelos. La explicación es que los mayores consumos de combustible se producen en el despegue y en el aterrizaje. Además, estos vuelos son más fácilmente sustituibles por medios de transporte público alternativos, como el tren o el autobús. Algunas estimaciones indican que un vuelo corto puede llevar asociadas unas emisiones entre cinco y diez veces mayores que el viaje equivalente en tren.
Por estos motivos, algunas empresas e instituciones han empezado a plantearse compromisos para limitar el uso del transporte aéreo entre sus empleados. Por ejemplo, el CENEAM (Centro Nacional de Educación Ambiental) decidió renunciar, salvo casos excepcionales, al uso del avión para viajes dentro de la Península Ibérica. Y, de hecho, desde la adopción del acuerdo en la Comisión Ambiental del centro, hace ya tres años, no se ha realizado ningún vuelo por motivos de trabajo entre ciudades peninsulares.

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