Algunas empresas se vuelcan en el ahorro de agua y energía

España gasta mucha energía y mucha agua. Cada español consume 135 litros por día, cifra que se eleva a 250 litros si se incluye el regadío o la industria, lo que le sitúa como el tercer país del mundo en consumo, según los datos de Greenpeace. En lo que respecta a energía, el consumo se sitúa en 5.721 kilovatios hora por habitante, por debajo de la media de la UE, situada en 6.149. No obstante, la fuerte dependencia del petróleo obliga a las distintas administraciones a desarrollar programas que fomenten el ahorro de energía.
En esa línea se han redactado las últimas normativas aprobadas en España, como el Código Técnico de la Edificación o la Estrategia Nacional para el Ahorro y la Eficiencia Energética, que abogan por un uso cada vez más racional de los recursos y por la puesta en marcha de políticas que recorten los consumos excesivos.
¿Están cumpliendo las empresas con esas medidas? Los expertos creen que todavía no están aplicando en su totalidad ese tipo de medidas y eso sigue afectando a los costes de explotación de las empresas. Álvaro Carrillo, director del Instituto Tecnológico Hotelero, señala que los costes energéticos pueden suponer hasta un 10% de los costes de explotación de un hotel. "Con medidas muy sencillas, se puede lograr hasta un 30% de ahorro", recalca. Buena prueba de ello es el plan puesto en marcha por la cadena hotelera NH, con el que se han efectuado importantes ahorros, en especial en el área de iluminación, que representa el 21% del coste energético. "Se han instalado bombillas de bajo consumo en la cafetería, restaurante, recepción y en el descansillo de los ascensores, una inversión que se ha amortizado en apenas dos meses", señala Eduardo Fernández, director del área de medio ambiente de NH.
Otro de los ejes sobre los que se ha basado este plan estratégico es el recorte en el consumo de agua y en especial el de las habitaciones, que representa el 90% del total. Según Fernández, la instalación de ahorradores en los grifos ha representado un ahorro del 40% sobre el coste total y ya se ha comenzado a instalar sistemas de doble pulsación en las cisternas, que suponen la mitad del consumo de agua.
Esta tecnología permite que se gasten tan sólo seis litros cada vez que se tira de la cisterna y no catorce como ocurre en la actualidad. En algunas grandes instalaciones, como en los hospitales, el consumo de agua cada vez que se tira de la cisterna es aún mucho más elevado.