Las lámparas de bajo consumo (también conocidas como lámparas fluorescentes compactas) consumen menos energía que las halógenas y duran más. Sin embargo, tarde o temprano, alcanzan el final de su vida útil y dejan de funcionar. ¿Qué tenemos que hacer con ellas entonces? ¿Dónde debemos depositarlas?
Estas lámparas están compuesta por vidrio, plásticos, metales como el aluminio y metales tóxicos como es el caso del mercurio, por lo que cuando ya no son utilizables se consideraran un residuo peligroso. El mercurio se encuentra en una pequeña cantidad, no pudiendo superar por ley los 5 mg. Estudios realizados por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han comprobado que, durante el periodo de vida útil de las lámparas, no existe ningún riesgo de fugas de este metal.
Sin embargo, cuando dejan de funcionar y las sustituimos, tendremos que tener en cuenta que las lámparas retiradas son un residuo peligroso que no se puede depositar en los contenedores habituales de basura (residuos sólidos urbanos, envases, vidrio...). El motivo es que las lámparas se pueden romper liberando el mercurio, bien en forma líquida o bien en forma de gas; por ello tendremos que manejarlas con cuidado, evitando su rotura.
Los puntos limpios de los municipios cuentan con contenedores especiales para depositarlas. En caso de que no tengamos punto limpio en nuestro municipio o se encuentre muy alejado, las lámparas de bajo consumo también pueden ser depositadas en los puntos de venta de las mismas. La asociación AMBILAMB (Asociación sin ánimo de lucro para el reciclaje de lámparas) dispone de contenedores para su recogida en toda España, tanto en los establecimientos citados, como en muchos ayuntamientos. En su página web podemos buscar los lugares de recogida más cercanos a nuestro domicilio o lugar de trabajo.
¿Qué hacer si se rompe una lámpara de bajo consumo en casa?
No hay que alarmase, pero sí tomar una serie de precauciones. Aunque tras la rotura el riesgo para la salud no es grande, puede aumentar si el mercurio no se retira correctamente. A las temperaturas habituales de un hogar, este metal se evapora lentamente. Sus vapores son más pesados que el aire y por ello tienden a quedarse cerca del lugar del derrame. En primer lugar, abriremos las ventanas y saldremos de la habitación donde se haya roto la lámpara, cerrando la puerta, permaneciendo fuera durante 10 minutos. Si la estancia tuviera un sistema de aire acondicionado o calefacción central en funcionamiento, deberemos apagarlo para evitar que estos sistemas contribuyan a la difusión del metal.
Después recogeremos con un cartón o toallita húmeda los restos de la bombilla. No debemos utilizar ni cepillo, ni escoba, ya que podrían retener el mercurio, y tampoco es adecuado utilizar la aspiradora porque podría difundir el mercurio por el resto de la vivienda. Los restos de la lámpara, el cartón o toallitas deben meterse en una bolsa que cerraremos lo mejor posible y llevaremos a uno de los puntos de recogida anteriormente citados.
Julio Rodríguez Vivanco
Área de Educación y Cooperación, CENEAM
Excelente información. Gracias
ResponderEliminarHabría que limpiar todos los muebles y objetos de la estancia??
ResponderEliminarGracias.
Me parece un artículo claro y bien explicado. Difiero cuando dice: "Aunque tras la rotura el riesgo para la salud no es grande..." he estado viendo el documental de la noche temática de la 2 y a partir del minuto 4:14 se puede observar el caso de un niño de Baviera que sufrió los efectos del mercurio. Los efectos son terribles y devastadores. Me parace inadmisible que nos estén vendiendo productos con el sello CE que sean tan potencialmente peligrosos.
ResponderEliminarLes dejo el link del documental: https://www.youtube.com/watch?v=dBqs2ochU9I
Cuidado mejor led que bajo consumo
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