Todavía no es un hecho que en diciembre se llegue a un acuerdo internacionalmente vinculante para reducir las emisiones de gases invernadero. Lo que sí está claro es que, si hay un lugar en el mundo que se merece ser el escenario de su firma, ése parece ser la capital danesa.Dinamarca es actualmente el único país que ha podido desvincular el crecimiento económico de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según estadísticas oficiales, entre 1980 y 2000 el producto interno bruto (PIB) danés creció 78 por ciento. En el mismo periodo, el consumo energético del país fue prácticamente el mismo.
Esto significa que la intensidad energética –proporción de consumo de energía en relación al PIB– se redujo 40 por ciento. Las emisiones danesas de gases invernadero, especialmente dióxido de carbono (CO2), también decayeron sustancialmente, alrededor de 20 por ciento. Artículo
Esto significa que la intensidad energética –proporción de consumo de energía en relación al PIB– se redujo 40 por ciento. Las emisiones danesas de gases invernadero, especialmente dióxido de carbono (CO2), también decayeron sustancialmente, alrededor de 20 por ciento. Artículo
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