El Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino acaba de presentar la quinta edición de un informe que expone de forma detallada la situación del medio ambiente en España, con mapas de situación de las diferentes comunidades autónomas.
La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, destacaba que en este perfil, que recoge más de 77 indicadores en 14 áreas diferentes, «se aprecian avances hacia una cultura ambiental diferente y una mejor relación de la sociedad con su entorno». Así lo indica la disminución del consumo de agua, el aumento del reciclaje en los hogares o el importante impulso a la agricultura ecológica, impulsada por la demanda.
Destacaba también que, por primera vez, en el año 2007 las energías renovables superaron a la energía nuclear en la producción de electricidad.
La cara fea de este perfil está, sobre todo, en el aire, en el ruido y en el suelo, del que un 18% está en riesgo de desertificación.
Respecto al aire, los gases de efecto invernadero, los que causan el cambio climático, aumentaron en 2007 un 2,1% respecto al año anterior. En 2008 bajaron, pero para entonces ya se comenzaban a notar los efectos de la crisis económica. También se incrementaron las partículas contaminantes, sobre todo en las ciudades.
En el capítulo del agua destaca el ahorro. El consumo medio en los hogares se sitúa en 160 litros por habitante cada día, un 3,6% menos que el año anterior. También baja el consumo en las explotaciones agrarias un 3,9%. Ribera destacaba el importante aumento de la desalación, que ha aumentado un 11% en el último año. Respecto a la calidad de las aguas, solo un 1,7% está contaminado.
El suelo tampoco sale bien parado en este retrato. Un 18% está en riesgo de desertificación. Además, en España la superficie cubierta de forma artificial ha aumentado cinco veces más que en la UE desde 1990 y también ha aumentado el uso de fertilizantes en la agricultura, pasando de 118 a 134 kilos por hectárea, aumentando el riesgo de contaminación de los terrenos.
El balance con los residuos es algo mejor. En 2007, cada habitante generó 588 kilos de residuos urbanos, bastante menos que los 662 kilos del año 2000. El reciclaje del papel y del vidrio son ya habituales en muchos hogares españoles.
Por vez primera, el informe recoge un mapa del ruido. «Hay una clara saturación del ciudadano respecto a los umbrales de ruido que son aceptables», reconoce la secretaria de Estado. Las cifras confirman su apreciación: hay 1,4 millones de personas expuestas al ruido de grandes vías, 78.000 que sufren el traqueteo de los trenes y 143.000 afectados por la cercanía de un aeropuerto.
Destacaba también que, por primera vez, en el año 2007 las energías renovables superaron a la energía nuclear en la producción de electricidad.
La cara fea de este perfil está, sobre todo, en el aire, en el ruido y en el suelo, del que un 18% está en riesgo de desertificación.
Respecto al aire, los gases de efecto invernadero, los que causan el cambio climático, aumentaron en 2007 un 2,1% respecto al año anterior. En 2008 bajaron, pero para entonces ya se comenzaban a notar los efectos de la crisis económica. También se incrementaron las partículas contaminantes, sobre todo en las ciudades.
En el capítulo del agua destaca el ahorro. El consumo medio en los hogares se sitúa en 160 litros por habitante cada día, un 3,6% menos que el año anterior. También baja el consumo en las explotaciones agrarias un 3,9%. Ribera destacaba el importante aumento de la desalación, que ha aumentado un 11% en el último año. Respecto a la calidad de las aguas, solo un 1,7% está contaminado.
El suelo tampoco sale bien parado en este retrato. Un 18% está en riesgo de desertificación. Además, en España la superficie cubierta de forma artificial ha aumentado cinco veces más que en la UE desde 1990 y también ha aumentado el uso de fertilizantes en la agricultura, pasando de 118 a 134 kilos por hectárea, aumentando el riesgo de contaminación de los terrenos.
El balance con los residuos es algo mejor. En 2007, cada habitante generó 588 kilos de residuos urbanos, bastante menos que los 662 kilos del año 2000. El reciclaje del papel y del vidrio son ya habituales en muchos hogares españoles.
Por vez primera, el informe recoge un mapa del ruido. «Hay una clara saturación del ciudadano respecto a los umbrales de ruido que son aceptables», reconoce la secretaria de Estado. Las cifras confirman su apreciación: hay 1,4 millones de personas expuestas al ruido de grandes vías, 78.000 que sufren el traqueteo de los trenes y 143.000 afectados por la cercanía de un aeropuerto.
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