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martes, 16 de junio de 2015

El Avicompo de Noáin: restos orgánicos por huevos


Los residuos orgánicos domésticos han servido como abono de cultivo y alimento a animales de corral, desde el Neolítico hasta el siglo XX, cuando el cambio de los hábitos de consumo en la sociedad provocó que estas prácticas se abandonasen y la mayoría de estos residuos acabaran siendo desaprovechados materialmente en vertederos o incineradoras. Vivimos de espaldas a los residuos que generamos y nos limitamos a pagar a terceros por su gestión, sin importar demasiado su destino final mientras no molesten.

Sin embargo, cada vez más ciudadanos en el medio rural y urbano, toman conciencia de esta situación y buscan la forma de aprovechar esa materia orgánica para conseguir una gestión agroecoló­gica que sea responsable y beneficiosa ambiental, social y económicamente.

El compostaje comunitario implantado principalmente en Navarra, Cataluña y País Vasco ha demostrado ser un sistema de gestión de estos residuos eficiente, participativo y educativo. Pero precisa de incentivos directos para que no quede limitado a personas con especial sensibilidad ambiental.

En enero de 2013 se instaló en Noáin (Navarra) el Avicompo. Su objetivo es fomentar la participación de las familias en la gestión de sus residuos orgánicos por compostaje comunitario mediante la creación de un estímulo directo: la producción de huevos y la experiencia de ser mini-ganaderos una vez al mes.


Consiste en una sencilla instalación de bajo coste ideada por la Universidad Pública de Navarra y el consultor Ramón Plana, diseñada por la empresa Vermican y construida por la empresa social Elkarkide. Compuesta por 3 compostadores cúbicos de 1200 L incorporados en un gallinero con acceso a dos pequeños patios exteriores. Las 30 familias voluntarias llevan diariamente sus restos de comida y cada día del mes le corresponde a una de ellas aportarlos al Avicompo. La presencia de 10 gallinas y 1 gallo, que se alimentan casi exclusivamente de los restos orgánicos depositados en el primer compostador, contribuyen a optimizar el proceso de compostaje gracias a la tritu­ración de los restos más fibrosos y su mezclado. La familia también realiza la gestión, mantenimiento y limpieza del gallinero y retira los huevos producidos ese día, un incentivo directo por responsabilizarse en la gestión de sus residuos orgánicos.  

El Avicompo se encuentra en el Parque de Los Sentidos de Noáin, junto a una huerta comunitaria supervisada por la fundación Varazdin y que usa el compost producido.

Experiencia de éxito técnico y social: colaboración + participación
En el primer año se aportaron 4.740 kg de residuos orgánicos, de 6,5 a 20,7 kg/ día, y más de 200 kg de restos de poda. Se generaron 1.884 kg de compost de alta calidad, maduro, sin elementos extraños, mínimo contenido en metales pesados (Clase A) y libre de patógenos de acuerdo al RD 506/2013. El proceso de compostaje se desarrolló normalmente, con una intensa fase termófila de más de 40 días con temperaturas de 65ºC. No se detectaron olores, ruidos, lixiviados, presencia de insectos u otras posibles molestias. La mayoría de los miles de visitantes del parque no se percataron de que allí mismo se gestionaban 5 toneladas de residuos de cocinas de la zona. El bienestar animal fue muy elevado y en total los participantes recogieron 2400 huevos de alta calidad y seguridad alimentaria.

La inversión inicial y el coste de mantenimiento fueron mínimos y asumidos sólo por los participantes. En las encuestas realizadas la implicación y satisfacción de los usuarios se valoró como “sobresaliente”, siendo el aspecto que más se valora el contacto con los animales, considerándolos como sus mascotas. Los visitantes del parque han valorado con “notable” la iniciativa, destacando su función de ocio y pedagógica al acercar el mundo rural a las ciudades y facilitar la comprensión del origen de los alimentos a los niños y niñas. Actualmente hay una larga lista de espera de familias para participar en la experiencia.

Conclusiones
La facilidad de manejo y sencillez del Avicompo y los incentivos generados (huevos, compost y mascotas) permitieron alcanzar elevados niveles de participación e implicación de los usuarios en la gestión directa de sus residuos orgánicos. Es un exitoso ejemplo de economía circular basado en la participación ciudadana al aprovechar sinergias entre agricultura, ganadería y gestión de residuos para fomentar el ocio activo y la educación ambiental.

Os animamos a divulgar y visitar esta experiencia reproducible en zonas urbanas como rurales.
 


Monika Usanos. Técnica del Ayuntamiento de Noáin-Valle de Eloz

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