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miércoles, 7 de agosto de 2013

Plásticos, medio ambiente y salud

Como ampliación del post anterior, a continuación se presentan algunas características de los siete tipos principales de plásticos que se utilizan habitualmente en recipientes y embalajes y se aportan algunos consejos extra para reducir la cantidad de plásticos que utilizamos.

Los tipos de plásticos y sus propiedades

Tipo 1: PET (Polietileno Tereftalato). Constituye el plástico más habitual en envases de bebidas y otros alimentos, tarda unos 150 años de media en descomponerse, y es uno de los plásticos que mejor se pueden reciclar.

Tipo 2: HDPE (Polietileno de alta densidad). Es bastante versátil y resistente. Se emplea principalmente para envases de productos de limpieza, aunque también se puede encontrar en envases de zumos, leche…y hasta en muebles de exterior. Este tipo de plásticos presenta una degradación más lenta que los PET superando los 150 años.

Tipo 3: V ó PVC (Vinilo o Policloro de vinilo). Este famoso material plástico es utilizado para sustituir las antiguas y obsoletas cañerías de plomo y tarda una media de 1000 años en su descomposición. Respirar niveles altos de cloruro de vinilo por cortos períodos de tiempo puede causar mareo, somnolencia y pérdida del conocimiento. A niveles extremadamente altos, el cloruro de vinilo puede causar la muerte o afectar de forma severa al hígado, reacciones del sistema inmunitario, daño a los nervios y cáncer del hígado, como consecuencia de los grupos cloruro que contiene (todos los compuestos clorados son perjudiciales tanto para la salud humana como para la salud y bienestar de cualquier tipo de vida, exceptuando algún caso particular, he ahí la razón por la que se usa lejía para desinfectar). No obstante es más seguro, menos perjudicial y más económico que el uso de cañerías de plomo, que es un elemento bioacumulable.

Tipo 4: LDPE (Polietileno de baja densidad). Este tipo de plásticos son fuertes, flexibles y transparentes. Lo podemos encontrar en los films que utilizamos para envolver alimentos y tarda una media de algo más de 150 años en degradarse.

Tipo 5: PP (Polipropileno). Esta familia de plásticos presenta un punto de fusión muy alto, utilizándose así para contener líquidos y alimentos a altas temperaturas, pudiendo tardar entre los 100 años y los 1000 años en descomponerse.

Tipo 6: PS (Polietileno de baja densidad, entre ellos el conocido como corcho blanco o poliespán). Se puede encontrar en los platos y vasos de usar y tirar, aunque también lo podemos encontrar en bandejas de carne y frutas. Este tipo de plásticos tarda una media de 1000 años en degradarse.

Tipo 7: Otros. Es recomendable evitar el uso de los plásticos recogidos en esta familia puesto que no sabemos concretamente qué tipo de plástico es, pudiendo ser incluso perjudicial para la salud, sobre todo si está en contacto con productos de alimentación. Otra razón de peso para no utilizar este tipo de plásticos es que suelen ser plásticos de difícil reciclaje, eliminando finalmente estos productos plásticos mediante incineración, liberando compuestos perjudiciales a la atmósfera. Este tipo de plásticos aparece en las bandejas que se asemejan al corchopán que contienen carne, pescado, empanadas…

Recordamos que es posible comprobar qué tipo de plástico tenemos entre las manos buscando en el envase un simbolito triangular con las aspas de reciclaje y en su interior veremos el número al que corresponde ese tipo de plástico (normalmente en la base del producto o debajo del tapón (Ojo: el tapón puede no coincidir con el material del resto del envase, mostrando otro número diferente).

¿Qué es el Bisfenol-A?

Las categorías 3 (PVC) y 7 (otros) pueden incluir bisfenol-A (BPA), un compuesto sintético sospechoso de ser dañino para la salud. De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, “el BPA es una de las numerosas sustancias que potencialmente puede interaccionar con los sistemas hormonales del cuerpo humano (disruptores endocrinos), de hecho, su capacidad de mimetización de estrógenos (hormonas sexuales femeninas) se conoce desde los años 30 y sus efectos sobre la fertilidad y la reproducción y el sistema endocrino ha sido objeto de gran debate científico”.

Los bebés son especialmente vulnerables al Bisfenol-A, por lo que la Unión Europea prohibió la utilización de este compuesto en los biberones infantiles en el año 2010.

Para ampliar más información sobre el bisfenol-a: http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/cadena_alimentaria/subdetalle/BisfenolA.shtml

Algunos consejos para reducir la cantidad de plásticos que utilizamos y desechamos:
  • Comprar productos envueltos con otro tipo de materiales, como el papel o el cartón.
  • Seleccionar productos que a su vez no tengan otro envase dentro, como por ejemplo una bolsa de magdalenas que tiene un envoltorio para cada magdalena. El motivo de esto es para conservar el producto fresco como el primer día, pero eso lo podemos solucionar cerrando la bolsa principal con una simple pinza, ahorrando ingentes cantidades de plásticos residuales que produciríamos.
  • Comprar productos a granel o de gran tamaño. Como ejemplo podemos poner un bote de champú, en vez de utilizar 2 botes de medio litro cada uno, si compramos 1 bote de 1 litro produciremos menos residuos plásticos.
  • Comprar la carne y pescado fresco en la carnicería y pescadería, así ahorraremos plásticos residuales provenientes de las bandejas de carnes y pescados que podemos encontrar en cualquier supermercado. También es beneficioso para nuestra salud, como ya hemos dicho anteriormente, este tipo de plástico es del tipo 7 (otros) los cuales pueden incluir ciertos productos químicos en su composición que son perjudiciales para la salud humana.
  • A la hora de guardar restos de comida en el frigorífico podemos evitar el uso de films de plástico utilizando “tapers”, o tapándolos con platos boca abajo, así si se escapa vapor de agua, éste condensará en el plato y, al estar boca abajo conducirá, el agua de nuevo a los alimentos que tiene debajo.

Autor: Ricardo Córdoba Cámara.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Con todo mi cariño, ahí va mi comentario a esta nota: ... ¿Cuando te hagas un bocadillo procura no utilizar films, si no papel de aluminio? ¿Papel de aluminio? Está claro que todo está abierto a múltiples interpretaciones, pero ¿Papel de aluminio? Llevo años desaconsejando el uso de papel de aluminio para envolver bocatas, porque además no conozco a nadie que haya reutilizado la hoja de papel para envolver otro bocadillo, pero ¿Y la repercusión energética de consumir aluminio? ¿Y las emisiones de CO2 que eso implica? ¿No sería mejor aconsejar el uso de un saquito de tela para llevar el bocata o un portabocadillos que hoy día está tan de moda? Cada niño consume una media de 180 metros de papel de aluminio al año, una escuela 54.000 m2 y con el consumo de España podríamos envolver 127 veces la tierra (Fte. Ecoembes), y no nos engañemos, la mayor parte de ese papel acaba en los vertederos.

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